Es casi la misma pose que utilicé para mi anterior obra: raíces, aunque cambian ligeramente la posición de los brazos y la cabeza.
La verdad es que me ha inspirado varias ideas y… ¡qué narices, voy a por todas!
En este caso, las alas la dan ese toque de divinidad que tanto les gusta a mis modelos… ¡y a nosotros!
Las alas, aunque muy deformadas, son de cisne y sacadas de una foto de google de no muy buena calidad, no es muy grande, pero si lo suficiente para darme la estructura de las mísmas. El detalle ya se lo pongo yo…
Cuando dibujo mujeres con alas, siempre me preocupa el que sean creíbles, no simplemente decorativas. Por eso presto atención al tamaño (deben ser lo suficientemente fuertes y desarrolladas para levantar en vuelo a la modelo) y a la sujeción a la espalda, que encajen justo en los omóplatos.