Hoy os presento esta travesura que estoy haciendo con un modelo bastante «especial». Se trata de mi amigo Emilio, Director del Salón internacional del cómic de Madrid: Expocómic.
Siguiendo la linea que vengo explorando últimamente, se trata de una obra que contiene cinco ilustraciones distintas en las que, partiendo de un retrato de buen acabado, me he dejado llevar hacia cinco finales totalmente opuestos y que, durante el proceso de trabajo, han adquirido vida propia en una secuencia que, de forma semejante a un cómic, nos cuenta algo, una evolución, una transformación, una mutación.
Esto da pie a un proceso, a un lenguaje completamente distinto al de una obra convencional en el que el lápiz apunta ya directo al resultado final, que probablemente esté en un estudio anterior con sus correspondientes bocetos.
Aquí no es así. El papel me habla segun avanzo, el lápiz me guía, tira de mi haciendo inutil cualquier reflexión tipo: voy a hacer esto o aquello… es imposible.
Estas pinturas a partir de un momento (el lápiz «correcto») adquieren vida propia y yo, sólo tengo que escuchar y hacer lo que se me dicta.
Estoy encantado con esta nueva forma de trabajar (que llevo ensayando, aprendiendo, conociendo hace ya un par de años) y que convierte cada trabajo en una nueva aventura con un final inesperado. Algo así como un thriller de suspense cinematográfico.
En breve os muestro más.
Enjoy!