Hoy os presentamos el paso a paso de esta magnífica ilustración de Carlos Díez, una composición de uno de sus célebres “muñecos diabólicos” junto a la bellísima modelo Mónica Romero.
En ella, el rostro del artista domina la escena desde atrás en un ejercicio hiperrealista en el que Carlos vuelve a demostrar, una vez más, su excelente dominio del retrato.
Comentario del paso a paso.
A continuación os dejamos una breve descripción del paso a paso comentado por el artista:
“Como ya sabéis, en mis últimos trabajos no hay bocetos, ideas preconcebidas, ni “hoja de ruta”. Simplemente coloco a la modelo que me apetece pintar en el centro del papel y me dejo llevar por los caminos de la improvisación. De esa manera me siento mucho más libre y no siento las tensiones derivadas del trabajo de encargo.
Mónica es una mujer de físico demoledor: alta, curvilínea y con un rostro perfectamente esculpido. Dulce y sensual. Quizás sea eso lo me ha dado la idea de ponerle el contrapunto de mi “muñeco diabólico” favorito. Muñecos que gustan mucho a mis alumnos en los cursos de aerografía en Academia C10, por cierto…
La acuarela rota que la rodea me ayuda a definir el volumen, separando la figura del fondo. Así, es sencillo después introducir más figuras… Esta técnica da mucha “soltura” a mis dibujos; realmente me gusta como queda, frente al “acabado purista” de la técnica de aerografía tradicional.
Bueno, es momento de pensar qué hacer con el espacio del fondo. Pues voy a divertirme un poco… Voy a introducirme en la escena. Pero… Silencio, ¿eh? Suavemente, sin que se enteren los protagonistas.
Lápiz y aguadas sin piedad. No me importa que se marquen mucho. No tengo miedo que se “suban” por encima de Mónica y su “bebé”. Sé que, con las veladuras que daré a posteriori con mis pinturas opacas, llevaré mi autorretrato de nuevo al fondo. Dominará la escena, pero sin robar protagonismo.
El quinto paso sigue siendo agresivo. Además, los colores cálidos traen hacia adelante al “maligno”, de modo que me ayudo de blancos y azules para hacerlo retroceder. Sólo “rescato” los ojos. De esa manera obtengo un efecto realmente inquietante con esa mirada que se “clava” realmente en el espectador, que a su vez mira “furtivamente” a…”
Y en este punto nos deja Carlos. Tal y como es él: juega con la imagen y se divierte con el texto.
Espero que os haya sido de utilidad; os recordamos que en breve os ofreceremos ésta y más obras a través de extensos tutoriales en un espectacular formato de vídeo.
¡Permaneced atentos!