A veces debería aprender a estarme quietecito…
Este es un pensamiento que explota en mi mente en mas de una ocasión cuando realizo este tipo de trabajos.
Con lo mona que estaba la chica… ¿a quien se le ocurre empezar la transformacion?
Empiezo a convertirla en una «muñeca de juguete».
Separo los miembros mediente efectos de luces y sombras, ya empieza a parecer una muñequita de plastico. Para ello observo muñecos que deliberadamente pongo por mi mesa.
Voy a forzar mas la excelente anatomía de Blanca, incluyo los serratos, que en su extremo se separan del cuerpo (trato de hacer un «previo» de la tercera imagen de la ilustración).
Fuerzo aún mas… le pongo abdominales marcados, la «tableta de chocolate».
Algo empieza a fallar. Hummm…. ¿que es? ¿por que no me estoy quieto a veces?
Creo que lo tengo, las ultimas modifiaciones parecen mas de «metal» que de plastico de muñeca. Se me rompe el concepto. ¿Que hago ahora?
Estos son los momentos en que me digo… ¡joder! con el buen camino que llevaba…
¡Pues cambio de planes!
No voy a retroceder (podría).
Ahora tengo nuevo reto (el nº 17 creo en este dibujo).
¡Tengo que conseguir algo mas bonito e impresionante que lo que dejo hoy en el tablero, que supere el concepto de muñequa que quería hacer, por supuesto al desnudo inicial (dificil esto último), y que ademas, tenga relación con la de la derecha.
Pero ahora no tengo ni idea de como.
Os recuerdo que trabajo sin bocetos previos, solo me dejo llevar…
A ver mañana que tal…
