Siempre se lo digo a Carlos: trabajar con Saskia tiene que ser adictivo.
Y no me extraña nada: derrocha simpatía, buen rollo y una energía positiva que se transmite en cada uno de sus gestos y de sus palabras. Eso sin hablar de su eterna sonrisa que te conquista a la primera.
El otro día pasó por el estudio de Carlos para ver la nueva obra que ha realizado sobre ella. Aquí os dejamos con una pequeña muestra de ese día.
Como siempre, es un placer verte. Saskia, porfa, ven a vernos más a menudo!